POSIBILIDADES PARA AFRONTAR EL MANTENIMIENTO DE UNA INSTALACIÓN INDUSTRIAL

A la hora de decidir entre las posibilidades para afrontar el mantenimiento de una instalación industrial existen al menos dos posibilidades: hacerlo con personal propio o realizarlo basándose en contratas externas. Cada una de ellas tiene ventajas e inconvenientes que hay que valorar adecuadamente antes de decidir el modelo más adecuado para afrontar las tareas de mantenimiento de la planta.

Como se verá más adelante, la tendencia en el mantenimiento de instalaciones industriales de nueva construcción hasta el año 2005 se decantó hacia el máximo de externalización del servicio, pero desde entonces se vive una situación en la que el propietario de la instalación prefiere hacer el mantenimiento con su propio personal, priorizando así el máximo control de lo que sucede en la planta. Se analizan a continuación los esquemas más habituales para afrontar la explotación de una instalación industrial.

Operación y Mantenimiento realizado por el propietario en su totalidad

La primera de las posibilidades para realizar la operación y el mantenimiento de los equipos e instalaciones que componen una planta industrial es que el promotor lo realice con su propio personal. Para cubrir los diferentes puestos puede recurrir a personal de su propia plantilla que tenga la formación suficiente, a formar al personal necesario invirtiendo esfuerzo y dinero en esta formación, o bien contratar personal con experiencia en este tipo de instalaciones.

El propietario y promotor de la instalación busca con esta forma de abordar la operación y el mantenimiento dos objetivos: un ahorro económico y la adquisición del conocimiento de la instalación, de forma que la dependencia externa sea muy baja. La ventaja es que aparentemente es más barato, y que efectivamente el conocimiento que tiene el industrial o promotor de la instalación es el más alto posible.

Los inconvenientes, en cambio, son diversos:

  • El coste es variable. No es posible asegurar la rentabilidad del negocio, pues el coste variará cada mes en función de las incidencias que pueda haber, y que van a riesgo del promotor/propietario. Cuando el promotor externaliza la operación y mantenimiento también externaliza los riesgos, por un precio fijo (que incluso puede estar ligado a la energía útil generada).
  • El promotor pasa a depender de personas, y no de empresas. Ante la marcha de uno de los operadores, su capacidad de reacción es mucho menor que el de una empresa especializada.
  • Hay que recurrir a varios subcontratos, pues es difícil que el personal propio esté especializado en el mantenimiento de algunos de los equipos implicados. No es posible hoy en día eliminar el empleo de contratistas para llevar a cabo el mantenimiento de la planta, por la complejidad y especialidad requerida en algunos de los equipos.
  • Se pueden exigir resultados de una manera más sencilla a una empresa que a personal propio.
  • El suministro de piezas de repuesto está menos garantizado con esta opción que con otras.
  • El promotor puede verse afectado por tensiones laborales.

Operación y Mantenimiento realizado por el propietario con el apoyo de fabricantes

Una opción intermedia entre la subcontratación total y realizar toda la operación de forma interna es operar la instalación y realizar el mantenimiento básico con personal propio pero apoyarse para el mantenimiento programado y para el correctivo de cierta envergadura en los diversos fabricantes de los equipos. Es una opción más cara que la anterior, y además no asegura la rentabilidad establecida en el plan de negocio. Tiene casi todos los inconvenientes del sistema expuesto en el punto anterior, y alguna ventaja menos. No obstante, en la práctica, es lo máximo a que puede aspirar el promotor/propietario, el cual necesita recurrir a los suministradores principales para realizar parte del mantenimiento, sobre todo los primeros años. Si el propietario tiene otras instalaciones industriales complejas, probablemente, al cabo de unos meses solo tendrá que recurrir a los suministradores de equipos singulares. 

Operación y Mantenimiento realizado por la Ingeniería encargada del proyecto

Es sin duda una opción que garantiza muy bien que la rentabilidad establecida a priori en el plan de negocio va a ser conseguida. Todas las desventajas de las dos posibilidades anteriores son las ventajas de este sistema:

  • El coste es conocido, está fijado. El riesgo de una mala operación recae sobre el contratista del llave en mano, que ahora también es el contratista de la operación y mantenimiento (contratista OM). El promotor externaliza el riesgo derivado de una mala operación y de averías imprevistas. Un buen contrato, que ligue los intereses del contratista OM y los del promotor, será decisivo.
  • El promotor no depende de personas concretas, sino de una empresa mejor preparada para hacer frente a la rotación del personal.
  • El promotor tiene un solo contrato, y un solo interlocutor. En caso de que el contratista OM necesite recurrir a subcontratar determinados trabajos, será su responsabilidad y su gestión, y no la del promotor.
  • Los resultados están garantizados por contrato, y es posible aplicar penalizaciones y bonificaciones que hagan que el contratista comparta los mismos riesgos que el promotor. Un contrato de OM exigente puede hacer que el contratista tenga que compensar al propietario por las posibles pérdidas de producción que una mala gestión pueda provocar.
  • El suministro de piezas de repuesto corre a cargo del contratista OM, que tiene mejores relaciones con los suministradores que el promotor, puesto que tiene más proyectos. Este debería ser una buen criterio para seleccionar al contratista, ya que un contratista con mala o nula relación con los principales fabricantes de equipos no aportará ninguna ventaja en este sentido.
  • Las tensiones laborales corresponden al contratista OM, y en la mayoría de los casos el promotor no se ve afectado ni tiene que dedicar tiempo o recursos a su resolución.
  • Una ventaja adicional es que al pertenecer la ingeniería, el contratista EPC y el contratista OM al mismo grupo industrial no es posible que el contratista eluda su responsabilidad en caso de avería o de problema en la instalación: o es un problema de diseño, o de construcción o de operación y mantenimiento. Sea cual sea el origen del problema, siempre es responsabilidad del mismo contratista, que únicamente tendrá que discernir que parte de la empresa es la responsable de solucionarlo.

Entre los inconvenientes está que este sistema es aparentemente más caro que hacerlo con personal propio, y que el know-how es adquirido por el contratista OM y no por el personal del promotor. 

Operación y Mantenimiento realizado por una empresa especializada 

Cuando la ingeniería no está en disposición de ofrecer el servicio de operación y mantenimiento o cuando el precio al que ofrece este servicio es excesivo, puede recurrirse a empresas de mantenimiento especializadas en ofrecer este tipo de servicio.

Hay que destacar que el inconveniente que pueden tener es que no tienen el mismo conocimiento de la instalación que la ingeniería que  desarrolló el proyecto o lo construyó, y además originará roces constantes con ésta para dirimir si la responsabilidad en caso de problemas es un problema de diseño, de construcción o de operación, especialmente durante el periodo de garantía.

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