MANTENIMIENTO BASADO EN CONDICIÓN

El Mantenimiento Basado en Condición, MBC, es una estrategia de mantenimiento que basa sus resultados, es decir, disponibilidad, fiabilidad, coste de mantenimiento, vida útil de la instalación, seguridad y bajo impacto ambiental, en el diagnóstico previo de los equipos.

Mientras que otras estrategias de mantenimiento se basan en otros principios, el mantenimiento basado en condición se basa, en el diagnóstico previo de los equipos e instalaciones.

LA ESTRATEGIA CORRECTIVA
La estrategia correctiva basa la obtención de sus resultados en la simple corrección de averías que se producen, sin recurrir a ningún tipo de diagnóstico previo, sino que se interviene cuando se produce la avería. La estrategia puramente correctiva puede dar algún resultado positivo en aquellas instalaciones que no tienen toda su producción vendida, y por tanto no tienen un impacto económico por el hecho de tener pérdidas de capacidad productiva, y en aquellas con equipos sencillos cuyas averías no son caras de re-parar. En el resto de las instalaciones, es decir, en la gran mayoría, la estrategia puramente correctiva no puede aportar nunca unos resultados óptimos.


LA ESTRATEGIA SISTEMÁTICA
La estrategia sistemática, según la cual se interviene en los equipos por periodos de tiempo naturales o por algún tipo de contador (horas de funcionamiento, kilómetros recorridos, piezas o unidades producidas) es una estrategia ampliamente implementa-da en muchos tipos de instalaciones. En ellas se ha llegado a la conclusión de que ‘anticiparse al fallo’ significa sustituir determinados elementos antes de que su degradación sea máxima.

El momento en que esta degradación máxima suceda y se produzca la avería o la pérdida de prestaciones, de acuerdo con esta estrategia, puede estimarse de algún modo, de manera que parece fácil anticiparse a la falla: realizar una sustitución, ajuste, limpieza o cualquier otro tipo de actividad sistemática de acuerdo con algún tipo de contador. Todo el mantenimiento se basa pues en qué tipo de contador es el que mide el desgaste o degradación de cada pieza (tiempo, horas, km, producción, etc.), cada cuantas unidades de ese contador hay que intervenir y qué tareas hay que llevar a cabo. La curva de bañera, en el que hay un inicio de la vida útil de cada componente en el que la probabilidad de fallo es menor, un periodo de estabilización, y un periodo de vejez en el que aumenta la posibilidad de fallo, es una de los principios básicos de esta estrategia.

LA ESTRATEGIA CONDICIONAL
Junto a ellas, la estrategia condicional, basada en el diagnóstico previo de los equipos, asume que no es posible determinar a priori vida útil de cada pieza, y que por tanto, es más eficaz inspeccionar cada componente de la instalación por diferentes técnicas para decidir si vale la pena intervenir o no, y cuando es mejor hacerlo.

El diagnóstico utiliza diferentes técnicas (las inspecciones que lleva a cabo el personal de operación, las inspecciones detalladas por especialistas en mantenimiento, las observaciones y mediciones con equipos de diagnóstico fuera de línea, las observaciones y mediciones con equipos en línea) para determinar tanto las posibles degradaciones que estén sucediendo en cualquier punto de la instalación como su evolución. La gravedad potencial del daño en caso de que se produzca, y la tendencia que presenta éste, son dos aspectos clave para decidir si merece la pena llevar a cabo una intervención o no.

Hay dos aspectos muy importantes a tener en cuenta al implantar este tipo de estrategia condicional, y de los que se hablará ampliamente a lo largo de la guía 8 IRIM:
Cómo se evita aumentar el número de paradas de la instalación, ya que hay muchos procesos en serie que pararían si hoy hay que intervenir en uno de los equipos y mañana hay que intervenir en otro de ellos. El agrupamiento de intervenciones para evitar tener que parar las instalaciones con más frecuencia de la óptima es uno de los aspectos más importantes a la hora de implementar este tipo de estrategia condicional.
Cómo hay que modificar el organigrama de mantenimiento para que se puedan llevar a cabo tanto los diagnósticos como las intervenciones.

Existen estrategias mixtas, que también han dado buenos resulta-dos. Muchas instalaciones bien gestionadas tienen un plan de mantenimiento en el que algunos equipos se llevan a correctivo puro, interviniendo en ellos únicamente cuando rompen, otros fallos se previenen mediante intervenciones sistemáticas en las que se llevan a cabo sustituciones, ajustes o reacondicionamientos de determinadas partes de la instalación. Y por último, se realizan diversas inspecciones en las que se decide si es necesario llevar a cabo intervenciones o no.

En esta guía se defiende una idea: la estrategia que mejores resultados puede dar en la mayoría de las instalaciones es la estrategia condicional, con mucha diferencia sobre los resultados que pueden ofrecer las estrategias correctiva o sistemática, incluso una estrategia mixta.

Se defiende también que la estrategia condicional, unida a un diseño adecuado de equipos, a la realización de las modificaciones que hagan falta y al desarrollo de un procedimiento de selección de nuevos equipos libres de mantenimiento será la estrategia que puede ofrecer unos mejores resultados en el futuro. Pero para la implementación de estas estrategias más avanzadas es necesario dominar y tener perfectamente implementada la estrategia condicional.

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