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INSPECCIONES BOROSCÓPICAS EN MULTIPLICADORAS

Las inspecciones boroscópicas son inspecciones visuales en lugares inaccesibles para el ojo humano con la ayuda de un equipo óptico, el boroscopio. Es una técnica de mantenimiento imprescindible para acometer trabajos de inspección en las partes internas de la multiplicadora sin necesidad de realizar grandes desmontajes.

Las inspecciones boroscópicas son inspecciones visuales que se realizan en sitios inaccesibles. En el caso de una multiplicadora, se trata de diagnosticar en qué estado se encuentran las superficies de los rodamientos y de los engranajes, así como cualquier otro defecto como el estado del aceite, la aparición de partículas extrañas u otros daños que pueden ser detectables de forma óptica.

TIPOS DE DEFECTOS DETECTABLES

El boroscopio, también llamado videoscopio o videoboroscopio, es un dispositivo largo y delgado en forma de varilla flexible. La inspección boroscópica consiste en introducir una cámara, generalmente de alta resolución, que va equipada además de un haz de luz el cual permite la iluminación de la zona que se está observando y con la que se obtiene imágenes suficientemente claras y detallas para permitir conocer el estado en el que se encuentran las superficies analizadas.

Básicamente se diagnostican tres elementos:

  • El estado de las superficies de los dientes de los engranajes de la multiplicadora.
  • El estado de las superficies de los rodamientos, tanto las pistas (exterior e interior) como las bolas o la jaula.
  • El estado del aceite: Si tiene espumas, qué color tiene, etc. Esto también se puede ver sin necesidad del boroscopio.

Los tipos de defectos observables son muy variados. En primer lugar se pueden detectar defectos superficiales como pueden ser la aparición de pequeñas cavidades (pitting en inglés) en la superficie analizada, bien en los dientes o en los rodamientos. Esta aparición de pequeñas cavidades puede dar origen al desconchamiento, también llamado ‘spallation’, de los dientes.

Como defectos importantes también se encuentran las deformaciones que se producen en los dientes, bien producidas por elementos extraños interiores o exteriores a la multiplicadora, y que quedan atrapados marcando las superficies. También estos daños pueden ser debidos por una presión excesiva que el propio diente no soporta.

La corrosión es otro de los defectos que se detecta muy bien. La corrosión daña la superficie y esto puede perjudicar considerablemente la función de los componentes. En la mayoría de los casos, la corrosión es el resultado de una lubricación insuficiente, por lo que la calidad del aceite es de vital importancia.

La abrasión y la erosión de superficies se detectan muy bien mediante inspección boroscópica distinguiéndose claramente estos defectos de otros como el pitting, el spalling o la corrosión.

EL BOROSCOPIO

El boroscopio es un equipo óptico compuesto por varias partes: la lente, la sonda y la unidad de registro. La lente puede tener una profundidad de campo determinada y la calidad óptica distingue unos boroscopios de otros.

La lente tiene que ir equipada necesariamente con un haz de luz cuya potencia necesariamente tiene que ser variable. Es conveniente elegir cuidadosamente el tipo e intensidad de la iluminación pues puede no ser suficiente en sitios amplios o deslumbrar en sitios muy pequeños.

La sonda que une la lente con la unidad de registro puede ser de varios tipos: rígida, semirrígida o flexible. En cualquiera de los casos tiene que trasladar la imagen obtenida en la lente hasta la unidad de registro. La longitud y el grosor de la sonda son dos de sus características principales. La longitud más habitual en los boroscopios más utilizados para multiplicadoras oscila entre los dos y tres metros, y el grosor suele estar entorno a los cuatro y ocho milímetros. Hay que tener en cuenta que cuánto más gruesa sea la sonda más dificultad existe para introducirla por los orificios de la multiplicadora, y que cuanto más pequeña sea más fácil será introducirla pero obtendrá menor cantidad de información trasladada.

Entre las ventajas de este tipo de inspecciones están la facilidad para llevarla a cabo sin apenas tener que desmontar nada y la posibilidad de guardar las imágenes, para su consulta posterior.

La unidad de registro es dónde llegan las imágenes desde la lente y pueden tener o no la posibilidad de grabación y almacenamiento de las imágenes obtenidas para su posterior análisis.

LA DIFICULTAD DE OBTENCIÓN DE IMÁGENES

Las multiplicadoras suelen estar preparadas para introducir el boroscopio y poder acceder a cada uno de los rodamientos y engranajes internos, aunque es cierto que no todos los fabricantes cuidan este aspecto. No es fácil acceder a todos los engranajes y a todos los rodamientos, encontrándose mayor dificultad para acceder a todos los rodamientos que forman la multiplicadora que a todos los engranajes.

Entre las ventajas de este tipo de inspecciones están la facilidad para llevarla a cabo sin apenas tener que desmontar nada y la posibilidad de guardar las imágenes, para su consulta posterior.