Análisis
HTF
El fluido térmico usado en
las plantas termosolares para transportar el calor desde el campo solar
hasta
el bloque de potencia sufre una degradación con el uso (pinchar aquí
para ver
los mecanismos de degradación). Para comprobar el estado del fluido y
ver su
evolución es necesario realizar una serie de análisis periódicos, que
determinarán si el aceite tiene capacidad para seguir cumpliendo su
función.
Además de las razones técnicas lógicas, los análisis son necesarios por
una
razón de seguridad. La degradación del aceite forma determinadas
sustancias
nocivas (determinados hidrocarburos aromáticos cancerígenos) y
disminuye el
punto de inflamación, aumentando la peligrosidad de éste
Por Santiago García Garrido
sgarcia.power@gmail.com
El aceite térmico usado en
plantas termosolares es una mezcla eutéctica de difenilo y óxido de
difenilo.
En la fig 1 puede verse la estructura molecular de estos dos
compuestos, junto
a algunas de sus principales características:
Fig 1, molecula de
bifenilo y de oxido de difenilo
Por razones técnicas, es
necesario evaluar una serie de parámetros:
- Viscosidad. Es el valor más importante en cualquier aceite. La medida
de la
viscosidad determina si el aceite ha llegado a ser demasiado viscoso
debido a
la presencia de productos de degradación. Esta disminución de
viscosidad
afectará la transferencia térmica. Una variación de hasta el 15% sobre
el valor
inicial es aceptable, siendo inaceptable valores mayores
- Insolubles. Analiza la posible alteración de la composición causada
por el
cracking, y que puede formar depósitos. El valor límite suele estar
cercano al
2%
- Número acido: ya que uno de los productos de oxidación son los ácidos
carboxílicos, el número ácido mide la oxidación que ha sufrido el
fluido, para
prevenir problemas de suciedad, sedimentos y corrosiones.
- Elementos metálicos y su concentración. La presencia de elementos
metálicos
refleja corrosión y pérdidas de material en determinadas partes de la
instalación. Es importante conocer tanto el elemento como su
concentración
- % de agua, que reflejaría la contaminación por este compuesto que
tener el
fluido, y que sería un indicador de posibles problemas en los
intercambiadores
del tren de generación de vapor
- Contaje de partículas, por tamaños. Es un dato interesante para
conocer la
eficacia del filtrado
Junto a estos parámetros que se analizan por razones técnicas, hay
otros
parámetros que se deben analizar por estrictas razones de seguridad:
- Concentración de sustancias aromáticas con efectos negativos en la
salud.
Entre estas sustancias está el benceno, el tolueno y el fenol.
- % en peso de hidrocarburos de bajo peso molecular, ya que estos
compuestos
volátiles rebajan el punto de inflamación
- Punto de inflamación, como medida indirecta de la concentración de
hidrocarburos de bajo peso molecular
Si se determina que el aceite se ha degradado de forma irrecuperable,
será
necesario sustituir totalmente el fluido térmico. Hay que tener en
cuenta que
la cantidad de fluido térmico que contiene una planta termosolar de 50
Mw está
entre 1500 y 2200 toneladas, con un coste que oscila entre 4,5-6
Millones de €.
Por lo tanto, el análisis tiene una importancia tanto económica como de
seguridad indiscutible
Nota
sobre
el benceno, tolueno y fenol
El benceno es el máximo representante de los hidrocarburos aromáticos.
Aunque
es insoluble en agua, es miscible en cualquier proporción con
disolventes
orgánicos. El benceno es un disolvente eficaz para ciertos elementos
como el
azufre, el fósforo y el yodo, también para gomas, ceras, grasas y
resinas, y
para los productos orgánicos más simples. Es uno de los disolventes más
empleados en los laboratorios de química orgánica. El benceno tiene un
punto de
fusión de 5,5 °C, un punto de ebullición de 80,1 °C,
y una densidad
relativa de 0,88 a 20 °C. Son conocidos sus efectos
cancerígenos, y puede
resultar venenoso si se inhala en grandes cantidades. Sus vapores son
explosivos, y el líquido es violentamente inflamable. A partir del
benceno se
obtienen numerosos compuestos, como el nitrobenceno. También es
empleado en la
producción de medicinas y de otros derivados importantes como la
anilina y el
fenol.
El tolueno es una sustancia nociva aunque su toxicidad es muy inferior
a la del
benceno. La razón radica en que la citocromo P450, responsable de la
metabolización del benceno y del tolueno, oxida preferentemente el
grupo
metilo. Los epóxidos generados en la oxidación del anillo aromático y a
que se
atribuye el poder cancerígeno del benceno sólo se forman en una
proporción
inferior al 5 %.
El
cuerpo elimina así el tolueno
sobre todo en forma de ácido benzoico y ácido hipúrico.
El
tolueno puede afectar al
sistema nervioso. Niveles bajos o moderados pueden producir cansancio,
confusión, debilidad, pérdida de la memoria, náusea, pérdida del
apetito y
pérdida de la audición y la vista. Estos síntomas generalmente
desaparecen
cuando la exposición termina.
Los
vapores de tolueno presentan
un ligero efecto narcótico e irritan los ojos. Inhalar niveles altos de
tolueno
por un período breve puede hacerlo sentirse mareado o soñoliento.
También puede
causar pérdida del conocimiento, y aun la muerte.
La
concentración máxima permitida
de los vapores del tolueno en los lugares de trabajo es de 50 ppm (190
mg/m³).
El
tolueno es biodegradable,
hecho que se aprovecha por ejemplo en los biofiltros para la
eliminación de sus
vapores. Sin embargo presenta una cierta toxicidad sobre la vida
acuática y por
lo tanto es catalogado como sustancia peligrosa para estos sistemas.
El
fenol puede ser fatal si es
inhalado, ingerido o absorbido por la piel. Causa quemaduras. Material
extremadamente destructivo de los tejidos y membranas mucosas, vías
respiratoria, ojos y piel. La inhalación puede ser fatal y puede causar
espasmos, inflamación y edema en la laringe y bronquios, neumonitis y
edema
pulmonar. Los síntomas de su exposición incluye sensación de
quemaduras, tos,
ronquera, laringitis, deficiencia respiratoria, dolor de cabeza, nausea
y
vómitos.
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